martes, 6 de julio de 2010

RENOVANDO LA LUCHA


Después de correr mucho tiempo, el impulso nos excita y nos acalora, hace que quememos toxinas, que los músculos se llenen de ácido láctico, que obtengamos un ritmo, que percibamos cuánta energía nos queda en nuestro físico y en nuestro pensamiento, al igual que en el corazón, que reconozcamos nuestras propias capacidades y que comprendamos que el movimiento es lo natural y hay dirección nos hará llegar a nuestro objetivo.

Un corredor puede tener un buen o un mal entrenamiento, la medida de esto la da el objetivo del corredor, si la carrera va a ser de 4, 10, 14, 21 o de 42 kilometros, esa es la medida que da el parámetro de si el entrenamiento esta bien o mal, de si el atleta en cuestión se acerca a su objetivo o no lo hace.

Podríamos decir que después de correr hace falta un descanso y ciertamente así es.

Pero qué pasa cuando lo que tenemos en la cabeza es solo el saber que tenemos que correr? El correr en cualquier dirección, sin pauta a seguir, sin saber la distancia que el llegar a cualquier lugar nos llevará ignorando a si si tenemos la capacidad o la condición física para aguantar, corriendo solamente como Forest Gump así por impulso, por necesidad, por que una voz nos lo dicta y nos dice que tenemos que correr por que lo necesitamos, por que de ello depende algo en nuestro interior; aveces esto nos pasa en la vida y puede que la conciencia de los actos que hacemos aveces este ausente o que solo avancemos con poca información...

Los objetivos aveces están claros, otras veces no tanto, pero lo que es un hecho es que el movimiento es un acto natural en nosotros y que el entrenamiento para ser tal necesita objetivos por que si no el esfuerzo no es medido y los resultados pueden ser valorados o no, pueden tener un sentido y cambiar nuestras vidas o pueden ser solo un acto aislado y sin propósito. El propósito de cada una de las cosas que hacemos se lo damos nosotros mismos gracias a la meta, a lo que se quiera lograr.

Todo esto que he dicho es algo personal, puede ser también algo en conjunto, pero cuando son dos partes las que están implicadas el asunto aparentemente parecería más complicado pero es lo mismo, la cosa se complica pues si una parte quiere cierto objetivo y la otra difiere y su objetivo lo que hay en común se pierde. Hace falta que dos estén de acuerdo y tengan la energía y la intensión para que algo se logre, si eso no se consigue no tiene caso seguir.

Corro desde hace tiempo, desde que nací, aveces lo he hecho teniendo claro a donde quiero llegar, aveces solo ha dependido de mi y otras de más personas aparte de mi, otras avececes me he detenido en el camino sin saber qué dirección tomar, otras he corrido sin saber a dónde voy a llegar, he experimentado el desconcierto, la gloria, el dolor que conlleva la pérdida de un ser querido, de un amigo o de alguien que ocupa un lugar privilegiado dentro de mi corazón; las personas así como las experiencias van y vienen así como las oportunidades de iniciar una nueva carrera o entrenamiento, de vencer un obstáculo en nuestras vidas o de darnos un tiempo o respiro.

El día de ayer me detuve, sentí la inercia que representa haber estado con un objetivo que, se detuvo para no seguir, que no tuvo un objetivo conjunto, un eco pues los implicados eran más de uno como en las carreras de relevos que vemos en las olimpiadas, donde el lugar en el que queda un país depende de la suma de las capacidades de todos los corredores, en este caso éramos dos los que decidimos emprender una gesta que por desgracia se truncó, como en los juegos de niños se necesita que cada implicado tome su papel voluntariamente, pero el juego termina cuando alguno gana, cuando en conjunto se llega a el lugar pactado o cuando el juego de dos ya no es tal al solo quedar uno; el juego o la carrera aunque trunca deja algo, una experiencia, algo que se queda, algo que no nos gustó y otras cosas que me enriquecen.

El cúmulo de experiencias nos hace quienes somos, nos hace ser y tener la capacidad de cambiar al ver el trayecto recorrido, aveces las carreras llegan en momentos buenos para nosotros, otras en momentos en los que estamos en etapas difíciles, pero algo que he aprendido es que la vida es sabia y que la oportunidad que nos llegue en este momento no es más grande que nosotros mismos, que si están ahí es por que tienen que estar y que lo importante independientemente si tenemos la victoria o terminamos sin ella es, fuera de sentir un gran fracaso y desanimarnos aunque tengamos que sentir lo que tengamos que sentir, el sacar provecho de lo vivido y aprender y así mantener la capacidad de ver los nuevos objetivos, de aprender de lo vivido y de fijar, descubrir o enriquecer lo que queremos en nuestras vidas.

Cada prueba o aventura emprendida o por emprender tiene su enseñanza y de nada sirve si no pasa nada con nosotros, es empresa sin sentido o gesta sin corazón y se pierde en el tiempo, para eso es básico ser agradecidos y aquilatar las experiencias obtenidas, pues sin ellas no seriamos quienes somos y no tendríamos la oportunidad de acercarnos a eso que soñamos y deseamos lograr o añoramos ser en nuestras vidas.

Estoy dispuesto ahora más que nunca a seguir mi camino, hay dolor por la perdida pero también hay agradecimiento, ahora se que no estoy tan solo como pensaba, que cuento con mis amigos y compañeros de camino, aunque, aveces uno que otro decida no seguir en el proyecto, elija compartir el sendero de otra manera...

Gracias te doy de todo corazón y digo a los cuatro vientos que me dispongo a seguir corriendo en esta empresa que es la vida, en este camino aveces lleno de compañía, otras veces en donde uno corre solo, donde se toman respiros para ver las cosas más claras, se entrena o se corre aveces sin sentido, pero de cualquier manera se avanza; gracias por el tiempo juntos y por la oportunidad de conocer de ti y todavía más de mi. En mi corazón y en mis actos queda la evidencia de lo vivido.

Recuerdo ahora una canción en particular, envueltos en la madrugada, la mirada al cielo y el canto del gallo anunciando el desvelo tan placentero donde todo tuvo origen, eso en el cofre de mis recuerdos estará por siempre.

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